En estos tiempos en los que la mayor parte de la población mundial está enganchada a ese artefacto "mágico" que nos pulveriza el tiempo, hay muchas personas que ven las actividades multiaventura como una salida de la rutina y la posibilidad de pasar un gran día entre amigos y familiares. Este tipo de actividades conllevan un riesgo, tanto para el cliente, como para los guías o monitores que ayudan a desarrollarla, a estos profesionales del sector turístico y de aventura se les exige estudios, preparación física, experiencia y ciertas actitudes, como es el liderazgo para saber llevar un grupo, aparte de muchas otras; en definitiva, tienes que saber de todo, sobre fauna y flora, geología... (como una enciclopedia).
En la mayoría de los casos, puesto que no todo el mundo es igual, los grupos pueden tener diversas conductas, y puedes encontrar grupos más rápidos, más lentos, con seguridad en si mismos ante la actividad, más inseguros... Pero una cosa hay que tener grabada a fuego, como persona de a pie y como montañero, que no por ser más alto, bajo,gordo o flaco..., hay que perder el respeto a ninguna de esas personas que individualmente te acompañarán durante toda la ruta, recordemos que a todos nos gusta que nos traten bien y que nos ayuden en los momentos de agotamiento, tanto físico como moral, que nos guíen durante ese camino y nos hagan disfrutar de la ruta en todo su conjunto.
Los vínculos entre personas con la misma afición se crean cuando todo lo demás lo dejamos a un lado y no le damos importancia alguna, solo a nosotros mismos, a la buena compañía y al paisaje que nos rodea.Ya que si todo eso que siempre desemboca en malos rollos lo dejamos en casa aprenderemos, disfrutaremos y seguro que repetiremos.
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